Camino...
Entre la espesa bruma de la montaña,
el viento helado de la mañana
acaricia mi rostro,
y reconforta mi alma.
Encuentro la sensación de estar en mi hogar;
Sensación desconocida por mi hasta entonces,
ni en mi viejo barrio,
ni con la gente,
a la que llamaba familia
...
Aprendí a entender,
que nunca tuve ni tendré
un hogar físico.
No.
Nunca creí en eso,
descubrí que mi hogar
esta dentro mío:
en cada una de las acciones que me llenan,
en cada abrazo de un amigo de verdad,
en cada escrito que intento hilar,
en todas esas personas que con palabras,
logran remendar mi alma
ya desgastada por las incesantes adversidades
que impone esta existencia;
Es así como encuentro mi hogar
en esta brecha de incertidumbre
...
Cuando me siento solo...
siempre miro la luna,
observo su pálido rostro;
Tan inspirador;
Aunque también inexpresivo...
La miro y pienso
que quizás;
Solo quizás; Alguien en mi misma situación
esté haciendo lo mismo
en ese preciso momento.
Quizá alguien que alguna vez conocí...
Quizá alguien que desconozco...
Quien sabe?
Es entonces cuando logro encontrar
un pedacito de hogar.
La contemplo en las estrelladas noches
en las que se encuentra tan radiante,
tan cálidamente gélida...
Mas a veces no la encuentro.
Oculta en un manto blanco de nubes y estrellas
sobre una infinita negrura;
En esas noches, solo estamos mis pensamientos y Yo...
Mi soledad, y Yo...
y de vez en cuando me entristezco,
pero solo hasta que recuerdo...
Que no necesito viajar a ningún lado
Para estar en mi hogar...