Y ahí estábamos, caminando lentamente, en aquella fatídica noche, conversando sobre nuestros problemas, cuando nos topamos con aquellas enormes ruinas, era una antigua fabrica abandonada;
mientras entrabamos le recité:
"Soy un árbol
que ama el fuego,
aun sabiendo
que un abrazo suyo podría costarle mucho.
Soy una llamarada
enamorada de una ola...
Una roca
que quiere el abrazo del mar...
Eso soy,
soy una paradoja andante.
Desde que tengo memoria
no paro de equivocarme sobre los demás.
Busco en lugares
donde ni siquiera yo sé donde estoy,
ni hacia donde voy.
Estoy perdido,
a quien busco?
Grito en la obscuridad...
Mas nadie responde;
Solo mi eco...
Estoy solo, en ese inmenso laberinto
al cual entré por propia voluntad"
Sabés- agregué-
"Creo que el amor no es para mí;
Es algo extraño decir esto pero así lo siento yo,
nunca encontré gente que realmente valiera la pena;
Me siento así, como este lugar.
Entonces esto es lo que soy, un montón de porquería sin valor"
-Me dije mientras me dejaba caer en un montículo de escombros. Al cabo de un corto rato acostado ahí
decidí pararme, para descubrir que me encontraba solo...
Completamente solo en aquellas ruinas lúgubres...
Al pasar de los minutos, comencé a preguntarme... Con quién había estado hablando, si recordaba haber estado solo desde un inicio.
Grité en la obscuridad...
Mas nadie respondió.