en una cálida esquina,
un domingo por la tarde;
El sol, que acariciaba mi rostro,
se veía triunfal a lo alto.
Me desperté...
Con ganas de no despertar,
con ganas de desaparecer;
Nuevamente, puedo sentirlo:
Un conventillo de duendes
haciendo pogo en mi estomago.
Sintiéndome un tanto demacrado
débil y cansado,
Viendo una imagen de mí mismo
completamente acabado.
Mi mente girando
y dando tumbos de un lado al otro...
Resaca en todo mi ser
y el leve recuerdo
de una noche que nunca viví
son mis compañeros esta tarde.
Mis bolsillos vacíos
y mi ropa rasgada.
Solo resaca es lo que hay en mi ser
quizás, solo resaca...
Sea lo que yo soy...
Lo que siempre fuí.